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Hoy es un día mas como todos.
Es un día más porque transcurre lento, con cortas respiraciones y almas sosegadas que pasan sin causarte ninguna otra impresión.
Les intentas sonreír porque vales más que todo eso; todo eso que ellos piensan que eres y que desprecian, no saben apreciar tus momentos de alegría, de entusiasmo de tal manera que cuando te sientes hundida les resulta indiferente.
Y aún así sigues luchando por ellos, viviendo la vida por intentar ver alguna respuesta suya e intentas evitar el dolor; El dolor era tan suave, tan fugaz, que creías que podrías llegar a acostumbrarte a tenerlo día a día.
Quizás era una débil melodía para alarmarles, quizás eso les hiciera despertar del trance.

¿Todavía sigues esperando el final feliz?
Despierta tu también.